El biólogo molecular John Medina nos cuenta, en su libro Brain Rules, que la capacidad de retención de una cierta información, tras 72 horas, puede multiplicarse por diez (x10) si se acompaña de un apoyo visual adecuado. Insisto en el adjetivo: adecuado. Es lo que se denomina PSE, picture superiority effect, o sea, el efecto de estimulación de la memoria debido al uso de imágenes, o cómo las imágenes nos ayudan a recordar mejor que solo las palabras.

 Pero las imágenes no solo tienen efecto sobre la memoria cuando hablamos de números, datos y cifras. El hecho de visualizar la información nos facilita su comprensión. Aunque, ojo, no cualquier formato de visualización vale. Y es que, en presentaciones de empresa, nos encontramos los corta-y-pega de los gráficos de Excel incrustados en el PowerPoint. O las tablas infinitas. O esas diapositivas donde se muestran ocho gráficos, sin correlación entre ellos, quizás buscando economizar el número de pantallazos. Y, créeme, no es a estos adefesios a lo que se refieren los neurocientíficos cuando hablan del PSE.

 En definitiva, un horror. Pero un horror comúnmente aceptado, porque es a lo que estamos acostumbrados. Si solo hemos visto desierto, es posible que no sepamos reconocer una flor cuando la veamos. Y puede que ni siquiera sepamos valorarla. Y la flor significa el hecho de mostrar un gráfico eficaz, o tan solo una cifra relevante, habiéndonos estrujado los sesos para llegar a esa simplificación.

 Y los que solo han visto y hecho diapositivas atestadas, rebosantes de información, no valorarán tu esfuerzo, porque confundirán la simplificación con la desinformación, e incluso, con la pereza.

 Procura que tu información numérica no tenga que ser leída por el público, sino vista. Lee la frase anterior otra vez. ¿Ya? Algo que se ve, se acerca al concepto de imagen; algo que tiene que leerse, no. Y es posible llegar a una visualización de datos más cercana a una foto que a un texto.

 Impón tu criterio por la vía de los hechos: emplea la narrativa para darle vida a esos números y refléjalos con simplicidad y eficacia en la pantalla. Acompaña esta acción, si quieres, entregando un papel impreso donde, ahora sí, figuren tooodas esas cifras que tú te has preocupado por llevar esplendorosamente claras para tu público. Estará pasando algo. Te presentación será, simplemente, mejor, usando el Data Storytelling.